Hace 18 años se promulgó en Argelia la ley nº 06-03, que establece las condiciones y normas para la práctica de las religiones no musulmanas. Sin embargo, con el paso de los años, esta medida se convirtió en una herramienta de persecución contra los seguidores de Jesús, resultando en el cierre y obstrucción de varias iglesias bajo amenazas e intensa presión por parte de las autoridades locales.

Desde 2006, al menos 45 iglesias asociadas a la Asociación de Iglesias Protestantes de Argelia (EPA) se han visto afectadas por esta legislación. El cierre más reciente se produjo hace poco más de un mes, el 9 de marzo, cuando agentes argelinos interrumpieron un servicio en un pueblo de la región del Alto de Kabylie en el Sahel, lo que obligó a los líderes cristianos a cerrar la iglesia.

Según Puertas Abiertas, esta presión no se limita sólo a los lugares de culto, sino que también afecta a los líderes cristianos. El pastor Youssef Ourahmane, vicepresidente de la EPA y responsable de supervisar varias congregaciones, se enfrenta actualmente a una segunda apelación judicial por una condena arbitraria. Inicialmente fue condenado en ausencia a dos años de prisión y una multa en septiembre de 2023.

Tras una apelación, el resultado de noviembre del año pasado confirmó la condena, aunque redujo un año su pena de prisión. Ahora está a la espera de una nueva audiencia, inicialmente prevista para el 26 de marzo y luego pospuesta al 23 de abril, ante un tribunal superior.

Esta acción legal es parte de una campaña en curso contra iglesias y líderes cristianos que comenzó en 2017. Estos desafíos ponen de relieve la difícil situación que enfrentan los cristianos en Argelia, con numerosos casos de persecución llevados ante los tribunales. Por lo tanto, es fundamental orar por el pastor Ourahmane y otros cristianos perseguidos en este país, que ocupa el puesto 15 en la Lista Mundial de Persecuciones de 2024.

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