En diciembre de 2018, la iglesia Qiuyu Qingcaodi en la ciudad de Deyang, provincia de Sichuan, fue allanada. Funcionarios del departamento de Seguridad Pública y del departamento de Asuntos Religiosos alegaron que la iglesia había establecido un lugar de reunión en violación de la ley. A los creyentes se les ordenó abandonar el edificio y se les prohibió realizar actividades.

En este sentido, se colocó un aviso de cierre en el edificio de la iglesia. Dos días después, el 12 de diciembre, la iglesia fue nuevamente allanada por las autoridades. En ese momento, nueve agentes de policía invadieron el lugar de la reunión y dispersaron a más de una docena de creyentes que estaban celebrando una reunión. En la tarde del día siguiente, bajo intensa presión de la policía, el propietario del lugar de reunión cerró la puerta de la iglesia.

Por lo tanto, después de que la iglesia cerró, la congregación continuó celebrando el culto dominical en un parque junto al lago Jinghu de Deyang. Las autoridades locales monitorearon las reuniones y tomaron fotografías y videos de los participantes. Llamaron al élder Hao Ming para interrogarlo.

Por lo tanto, el motivo de las redadas fue que el élder Hao Ming y el élder Wu Jiannan de la Iglesia Qiuyu Qingcaodi protestaron públicamente por la persecución de la Iglesia Early Rain Covenant en Chengdu. Firmaron una apelación en su nombre. Han pasado cinco años y la situación de los ancianos Hao Ming y Wu Jiannan solo ha empeorado.

Chantaje por parte de las autoridades chinas

Así, como no aceptaron retirar sus firmas, los dos ancianos fueron detenidos en noviembre de 2021 y arrestados formalmente en diciembre. La acusación oficial fue “fraude”. La fiscalía del distrito de Jingyang llevó el caso al Tribunal Superior Provincial de Sichuan el 2 de diciembre de 2022, acusando a los dos ancianos de fraude por valor de 560.000 yuanes.

Según Bitter Winter, esta fue la cantidad total de donaciones recibidas por la iglesia a lo largo de los años. El tribunal sigue sin fijar una fecha para el juicio y los acusados ​​permanecen en prisión, pero se les dice que quedarán en libertad bajo fianza si “confiesan”. Su respuesta es que confesar crímenes que no cometieron sería contrario a su conciencia.

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